ESTACIÓN DEL NORTE

La Estación del Norte​ (en valenciano Estació del Nord), también conocida como Valencia-Norte​ o Valencia-Estación del Norte,​o históricamente Valencia-Término,​ es la principal estación de ferrocarril de la ciudad española de Valencia. En 2010 recibió más de 14 millones de pasajeros de los cuales más de 11 millones se correspondían con sus servicios de Cercanías.

Es una estación terminal de carácter monumental y estilo modernista valenciano inaugurada en 1917 por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, quien encargó su construcción a uno de los arquitectos de la compañía, Demetrio Ribes.

En 1941, tras la nacionalización del ferrocarril de ancho ibérico, pasaría a manos de la recién creada Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE). La estación destaca tanto por su riqueza ornamental como sus grandes proporciones. En 1983 fue catalogada como Bien de Interés Cultural.​ Goza también de la consideración de estación histórica por parte de Adif.

Está situada en el centro de la ciudad junto a la plaza de toros y apenas a 200 m del ayuntamiento. Los antecedentes de la estación se remontan a 1851, cuando los ingenieros James Beatty y Dómingo Cardenal construyeron cerca de la actual plaza del ayuntamiento una estación para la futura línea Valencia-Játiva. Era un edificio de aspecto clásico, con un pórtico en cada extremo, decorado con cuatro columnas dóricas. Fue puesta en funcionamiento el 21 de marzo de 1852 con la apertura de la línea de algo más de 6 km que unía Valencia con la zona portuaria de El Grao.​ Este trazado se enfrentó a dos grandes dificultades: las murallas de la ciudad y la oposición de determinados sectores que veían peligrar sus negocios con la llegada del tren.

En 1854, otro trazado que partía de Valencia logró alcanzar Játiva en lo que era el primer paso de la expansión del ferrocarril en la zona. Esta expansión continuaría hasta Almansa (1859) y Tarragona (1865), ​ facultando con ello las conexiones hacia Madrid y Barcelona, respectivamente.​ Sin embargo, las instalaciones originales de Valencia no tardaron en revelarse como insuficientes para absorber la creciente actividad ferroviaria. Esta circunstancia llevó a la Sociedad de los Ferrocarriles de Almansa a Valencia y Tarragona (AVT), titular de los distintos trazados, a buscar soluciones. Las mismas pasaban por encontrar un nuevo terreno donde poder edificar el nuevo recinto.

Se sucedieron así los estudios y propuestas que en algunos casos derivaron en pleitos debido a desacuerdos entre la compañía y los titulares de los terrenos que se pretendía expropiar.​ En 1889 el fallecimiento de José Campo Pérez, impulsor de la compañía AVT, supuso un duro golpe a la misma. La nueva situación llevaría a que dos años después la AVT fuese adquirida por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, que no abandonó el proyecto de nueva estación. ​

Para entonces, a pesar de la relevancia de las instalaciones de «Norte», en la capital valenciana se encontraban operativas otras estaciones de ferrocarril de cierta importancia. Este era el caso de Valencia-Alameda, terminal de la línea Calatayud-Valencia, o de Valencia-Cuarte, cabecera de la línea Valencia-Liria. También destacaba la estación de Santa Mónica, de las líneas de vía estrecha.

La compañía Norte decidió encargar la construcción de su nueva estación en Valencia al joven arquitecto Demetrio Ribes, arquitecto de la empresa que ya había trabajado en la estación del Norte de Madrid.​ En 1906 este presentó un proyecto inicial que preveía separar el recinto entre mercancías y viajeros; dentro de esta última zona, se separaría entre grandes líneas y cercanías. El 2 de agosto de 1907 se iniciaron unas obras que no concluyeron hasta 1917. La inauguración, sin grandes alardes, se realizó el 8 de agosto de 1917.​ La nueva estación tenía una superficie de más de 15 000 m² —frente a los 5000 m² de la antigua— y estaba cubierta con una amplia marquesina metálica de 24,5 m de altura obra de Enrique Grasset.

Tras su entrada en servicio, la estación se convirtió en una de las principales de la red de «Norte», siendo la cabecera de las líneas Valencia-Utiel, Valencia-Almansa y Valencia-Tarragona. Desde sus andenes salían los trenes con destino a Alcoy, Castellón, Játiva, Gandía, Utiel, Alicante, Barcelona y Madrid. ​ Ello se traducía en una intensa actividad ferroviaria a lo largo del día.

El complejo ferroviario disponía numerosas instalaciones: además del monumental edificio de viajeros había una estación anexa de mercancías con muelles y una playa de vías para labores clasificación, un depósito de locomotoras con cocheras y rotonda, depósitos de agua y edificios administrativos.

Durante el transcurso de la Guerra Civil el complejo ferroviario fue bombardeado intensamente por la aviación del Bando sublevado, resultando dañadas las instalaciones. No hay que olvidar el hecho de que entre 1936 y 1937 la ciudad acogió la sede del gobierno y ejerció de hecho como capital de la República.​ Como consecuencia, las autoridades llegaron a construir un refugio antiaéreo debajo de la estación, situado en el ala izquierda del edificio, que disponía de tres accesos diferentes y una longitud de unos 100 m.​

En 1940, debido a la pésima situación financiera en que se encontraba la propietaria de la línea Valencia-Liria, la compañía «Norte» asumió la explotación de la misma. ​ Desde entonces ―y tras realizar un empalme entre líneas― los trenes con destino a Liria comenzaron a salir desde la estación de Valencia-Término, desplazando a la histórica de estación de Valencia-Cuarte