BASILICA VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS

La Real basílica de la Virgen de los Desamparados se encuentra en la ciudad de Valencia. Destaca por ser el santuario de la Virgen de los Desamparados, Patrona de Valencia y de todo el Antiguo Reino de Valencia,1​2​ actual Comunidad Valenciana. Ostenta la dignidad basilical merced al breve pontificio firmado por SS. Pío XII el 21 de abril de 1948.

La basílica de la Virgen de los Desamparados está ubicada en la zona de mayor zona de la ciudad de Valencia. Configurando así, junto con la catedral, uno de los enclaves más significativos del casco histórico de la ciudad. Concretamente, se encuentra situada en la Plaza de la Virgen, frente a la Fuente alegórica del río Turia y sus acequias (Rascanya, Tormos, Mestalla, Mislata, Rovella, Favara, Benàger y Faitanar y Quart).

Dos de sus puertas dan a esta plaza, y una tercera da al pasaje que separa la basílica de la Catedral, unidas ambas por un arco superior. En esta tercera puerta hay una ventanilla enrejada a través de la cual puede contemplarse el interior cuando la basílica se encuentra cerrada y puede contemplarse la Virgen iluminada.

Excavaciones realizadas en La Almoina nos indican que la zona donde está situada la Basílica se corresponde con el foro romano de la ciudad de Valencia. De hecho, diversos sillares de la fachada principal de la Basílica son lápidas e inscripciones de la época romana.

Reseña histórica y arquitectónica

Hízose la imagen de nuestra Señora de los Desamparados por diligencia del beato Juan Gilaberto Jofré, y se veneró al principio en el hospital general de esta ciudad. Fabricóse la capilla actual en 1667 a impulso del virey, conde de Oropesa. Renovóse en 1767, y en 1823 se concluyó el camarín y retablo mayor de finísimos mármoles. Palomino pintó los frescos de que abunda. D. Juan Vicente del Olmo publicó en 1653 un extenso detalle de las lápidas que se encontraron en este lugar, con otras antigüedades romanas, asegurando el referido litólogo que aquí debió haber existido en otro tiempo un templo dedicado a Esculapio.

La “Verge dels Innocents i dels Desamparats”

La presencia de la Imagen de la Virgen, según diversos autores, data de 1414, estando su autoría envuelta en la leyenda de “la construcción angélica…”

En un principio su configuración yacente, dispuesta sobre los féretros de los ajusticiados, disponía de una pequeña almohada que hacía avanzar la cabeza. Este hecho, hizo que al disponerla erguida, se la viera con su característica inclinación de cabeza, denominándola “Geperudeta” (jorobadita, en castellano). Fernando el Católico en un Privilegio real, concedió el título a su histórica Cofradía con el nombre de ‘Verge dels Innoscents e Desamparats’ el 3 de junio de 1493. La cofradía dirigió un escrito al rey con distintas peticiones, en la respuesta del rey se puede leer lo siguiente: (...) el Rey, benaventuradament regnant, foces ordenada una loable, sancta e molt devota confraria sots titol e invocacio de la glorosa Verge Maria dels Innocens, la qual, per singular gracia e merce del dit Senyor rei, fundamentalment fon construyda e edificada e ordenada a laor e gloria de nostre Senyor Deu en la dita ciutat de Valencia, a la qual confraria, confrares e confraresses de aquella vists los grandissims actes de caritat que en aquella se fan, com es notori a vostra reial maiestat, per los gloriosos reys e predecesors de vostra alteza son stats atorgats alguns privilegis e gracies, e com los actes de caritat ques fan en la dita confraria e cascun jorn augmenten a honor e gloria de nostre Senyor Deu, e per la dita raho, los dits confiares e confraresses afreturegen de algunes coses necessaries pera exercir los dits actes de caritat, sobre los quals sta fundada la dita confraria… supliquem humilment a vostra gran exellencia los vulla atorgar les coses seguents:… sia merce de vostra alteza atorgar los que de aci avant la dita confraria se intitule la confraria de la Sagrada Verge dels Innocents e dels Desamparats. Fernando el Católico (La solicitud fue aprobada mediante la solemne fórmula de ‘Plau al Senyor Rey’).

Periodo previo a la construcción La visita del rey Felipe IV a Valencia en 1632 y la circunstancia de que a través de la intercesión de la Virgen se justificaran sus victorias de Fuenterrabía y Tortosa, impulsaron a la promoción de una nueva y Real Capilla dedicada a la Virgen de los Desamparados. Así mismo, se le atribuyó a la Virgen de los Desamparados el haber intercedido durante la peste de 1647 en la curación del Virrey Conde de Oropesa, convenciendo así al propio Virrey de la necesidad de dotar a la imagen de una residencia digna.

Durante algún tiempo se discutió el emplazamiento de la capilla. Finalmente se optó por construirla próxima a la Catedral, centro de devoción.

Periodo constructivo

Durante el siglo xvii se levantaron en Valencia numerosas construcciones barrocas, la mayor parte religiosas, y se transformaron tanto interior como exteriormente antiguos edificios góticos. La Real Capilla de la Virgen de los Desamparados, con categoría de Basílica desde 1872, fue realizada entre 1652 y 1666 por Diego Martínez Ponce de Urrana, a partir de los diseños realizados por los más importantes artífices del momento, aprobados y muy posiblemente, orientados por Juan Gómez de Mora, Maestro Mayor del Rey.

La composición de la primera edificación se encuadra en un lenguaje tardorrenacentista, caracterizado por su sobriedad clasicista, su sinceridad constructiva y su economía de medios, potenciando los valores de la proporción, la simetría y el equilibrio. En el interior, el descubrimiento de la ornamentación original de 1666, compuesta de almohadillados, florones y esgrafiados de ángeles niños entrelazados con orlas en los interespacios de la cúpula, nos dirige hacia un edificio severo en su concepción, caracterizado por su blancura, conjugando, a la perfección, la idea de la centralidad renacentista (planta cuadrada), con el dinamismo barroco del espacio elíptico, rematado en cúpula.

Se trata de la primera planta oval que se realiza en Valencia para un templo religioso, aunque no supone la primera experimentación con la traza oval en la arquitectura de la ciudad, y ésta ya era relativamente conocida en el medio hispánico. El fervor religioso en torno a las propiedades curativas de la Virgen de los Desamparados influyó en la elección de la traza oval, ya que en aquella época la figura del óvalo era portadora de un simbolismo mariano.

Entre 1683 y 1694, se construye el Camarín de la Virgen, como Capilla-Santuario, vinculada directamente al espacio central-elíptico, a través de su interconexión espacial total, planteándose como caso único en la historia de la arquitectura. En 1701, en plena efervescencia barroca, se ejecutó una nueva cúpula interior colgada, teóricamente, de la exterior, según hallazgo de esta investigación, sobre la que Antonio Palomino realizó la gran composición pictórica.

Durante los siglos xviii al xx, la Real Capilla experimenta sucesivas e importantes transformaciones (reforma neoclásica, actuaciones románticas e historicistas) con modificación sustancial del sobrio y austero planteamiento renacentista inicial, dotándola de gran riqueza formal y material.

Valoración arquitectónica Planteamiento estilístico

Las sucesivas fases estilísticas que desde su inicio constructivo de 1652 hasta hoy han venido sucediéndose, van desde un lenguaje tardo-renacentista con evocaciones clasicistas de 1667, a un estilo barroco, que se desarrolló con las incorporaciones decorativas, en el interior del Camarín en 1694 y alcanzando su máxima expresión con la pintura de la bóveda ovalada, de Antonio Palomino en 1701. Prosiguió un lenguaje academicista pleno, con la incorporación del estilo rococó en 1754, y luego desde 1768 hasta 1824 un lenguaje neoclásico.

La disposición de los accesos, doble en las fachadas a la plaza y a la calle de la Leña (según las capitulaciones originales) y centrado en la fachada a la Catedral, junto con la disposición vertical de la bóveda y linterna, reforzaban la centralidad y simetría de la composición. La razón de esta multiplicidad de accesos se debía fundamentalmente a plantear la Real Capilla como un templo de peregrinación que debía acoger a un elevado número de fieles.

Los retablos

El retablo del altar Mayor era de jaspe y se rodeaba todo él de nueve lámparas de plata. El retablo, que se vendió a la parroquia de Chilches, tenía cuatro grandes columnas salomónicas sobre gran zócalo elevado, con un espacioso nicho con arco abocinado y adornado con 5 florones, terminado en medio punto, y estaba profusamente decorado.

En lo que respecta a las capillas laterales existen datos de cómo eran los dos retablos, el de cristo y el de San José. Eran dos retablos con profusión de cenefas, bajorrelieves y talla dorada con escudo en remate, ángeles y cabezas de querubines similares en formas y detalles al estilo tardorrenacentista original del edificio. Así pues, la disposición retablística inicial, se configura como un conjunto arquitectónico perteneciente al barroco pleno.

Ampliación de la Real Basílica

A principios del siglo xx, se planteó la posibilidad de realizar una majestuosa ampliación de la Basílica. Por ello, el prelado convocó un concurso de ideas en el año 1932, que ganó Vicente Traver. Según su proyecto, el nuevo edificio tendría la cúpula más alta de la ciudad, y sería de las más grandes de Europa.

Ocurrió el incendio de la Basílica durante la guerra civil, razón por la cual no se llevó a cabo la obra. Décadas después se reintentó, pero se descubrieron las ruinas romanas, visigodas y árabes en la plaza de la Almoina, en la parte trasera de la Basílica, por donde se pensaba hacer la ampliación por lo que el proyecto jamás llegará a realizarse.

Descripción de los detalles más significativos

Los frescos de Palomino : La intervención en la cúpula de la Basílica de los Desamparados de Valencia ha servido para recuperar todo el color de los frescos que pintó Antonio Palomino en 1701, pero también ha rehabilitado el nombre de este artista y tratadista cordobés, pintor de cámara de Carlos II, cuya labor pictórica ha tardado siglos en reconocerse, aunque hoy es considerada fundamental en la producción mural del Barroco Español.

Palomino fue el encargado de poner el cielo a ese claustro (con sus balcones y columnas) que se ve hoy en el interior de la Basílica. Sus capiteles muestran todavía el negro efecto provocado por el humo de los cirios y que hacía prácticamente invisible la obra del pintor cordobés (en especial en la zona superior del altar). No se conoce con certeza qué tiempo le llevó la cúpula, aunque Sancho considera que no debió invertir en ella más de un año por las exigencias propias del trabajo al fresco: la última capa de enlucido se ha de aplicar la víspera de plasmar el dibujo, pues el temple ha de penetrar en la masa.

Camarín

Coincidiendo con la sustitución del altar mayor se decidió reformar el camarín de la virgen, ganando en monumentalidad gracias al tratamiento de los muros, a la solución abovedada del forjado de la Coveta, al cambio de pavimento y al remate de la estancia. Las paredes se rodearon de un zócalo de mármol oscuro y en los ángulos columnas con fuste de mármol rojo con capiteles corintios dorados.

El conjunto vitral se compone de siete vidrieras con matizaciones modernistas marcadas por el estilo de la época, están enclavadas en los siete huecos de iluminación de la Nave Central de la Real Basílica.

Las vidrieras intervenidas simbolizan la Letanía del Santo Rosario y veneran a la Virgen representando a la patrona de los valencianos como: Puerta del Cielo, Torre de Marfil, Rosa Mística, Raíces de Jesús, Trono de Sabiduría y Estrella de la Mañana. Seis de ellas se ubican de modo simétrico iluminando la bóveda ovoide, mientras que la séptima, en el vértice del óvalo, alcanza su simetría al yuxtaponerse a la Imagen de la Virgen de los Desamparados.