GENERALITAT VALENCIANA

El palacio de la Generalidad (Palau de la Generalitat en valenciano) de Valencia es un edificio de estilo gótico valenciano con intervenciones renacentistas que data del siglo XV. Es Bien de Interés Cultural desde 1931.1

El palacio de la Generalidad Valenciana está situado en el barrio de la Seu, distrito de Ciutat Vella de Valencia, ubicado entre las calles Caballeros (antes calle de Les Corts y antes calle Major de Sant Nicolau), la calle Bailia y la Plaza de Manises (antes plaza de San Bartolomé),​donde se encuentran otros edificios muy representativos de la ciudad, como son la Catedral de Valencia, la Basílica de la Virgen de los Desamparados o el Palacio de Fuentehermosa, sede de la presidencia de la Generalidad Valenciana.

Actualmente es la sede de la Generalidad Valenciana, el gobierno de la Comunidad Valenciana, aunque a lo largo de la historia de Valencia el edificio ha sido sede de las siguientes instituciones, de las que ha tomado nombre:

  • Casa de la Diputación del General del Reino de Valencia (1421-1705).

  • Real Audiencia (1750-1923).

  • Diputación Provincial (1923-1982).

  • Comité Ejecutivo Popular (1936-1937).

  • Generalidad Valenciana (1982-actualidad).

Además de su simbolismo político, constituye uno de los mejores exponentes de la arquitectura civil valenciana del período foral, interviniendo en ella los principales maestros de su tiempo.

El palacio inició su construcción en 1421. La arquitectura de este edificio representa una compleja mezcla de estilos artísticos que van desde el gótico al herreriano, pasando por el renacentista de varias épocas.

El primitivo caserón es gótico mediterráneo con el patio descubierto y con su escalera volada, con puerta ojival en el entresuelo, al igual que en la fachada, con ventanales adintelados en el entresuelo y trilobulados en la altura principal, al igual que en las ventanas situadas debajo del alero. Las puertas halconeras y las esquinas son renacentistas y los ventanales del segundo piso clasicistas. La balaustrada que corona las torres es de carácter escurialense.

Al interior del palacio se accede por la puerta principal, donde existe un patio descubierto de estilo gótico con una escalera de 1525 por la que se accede al piso principal de 1482. Existe otra escalera que da acceso al entresuelo del torreón que posee un rico artesonado policromado, con mucho oro, por el cual se llama a esta estancia la sala dorada, diseñada por Ginés Linares en 1534 y finalizada por diferentes pintores, Juan de Juanes entre ellos.

De la sala dorada se pasa a otra más pequeña obra de Mariano Benlliure. Vista de la Sala de los Reyes del Palacio de la Generalidad. En el piso principal entramos bajo un arco gótico coronado por un bello friso renacentista. A la derecha se ha instalado el oratorio, con un retablo de 1606, de Fondestald, en el que se representan los patronos de los tres brazos del Reino. Es muy llamativo el frontal de brocado y un crucifijo de Ribalta.

En el solemne salón de las Cortes se representan en los lienzos de las paredes sus estamentos. El fresco es de Juan Sariñena. Los azulejos del magnífico zócalo proceden de fábricas valencianas que imitaron la azulejería de Triana y de Talavera. Más importante son la techumbre y la galería. Fue labrada en madera por Ginés Linares, en 1540, y Gaspar Gregori, desde 1563 a 1566.

En el corredor o salón de reyes hay una interesante galería de retratos de los reyes de Valencia, desde Jaime I el Conquistador a Alfonso XIII. Este salón se alza sobre la crujía de vigas del zaguán y se asoma a la calle Caballeros a través de sus cuatro ventanales partidos por finas columnas. La construcción de la estancia, iniciada en 1511, se debe a Joan Monçano. El artesonado original desapareció en el siglo xix y fue sustituido por el actual. Este salón es utilizado en la actualidad para recepciones. En los demás salones del palacio, la Diputación de Valencia conserva un extraordinario acervo de arte en el que figuran obras capitales de los más destacados artistas valencianos. El torreón nuevo se construyó en los años 50, obra de Luis Albert Ballesteros, que ha logrado una inteligente compenetración de lo nuevo con lo antiguo. Junto a la fachada que presenta el primitivo torreón al este, se extiende un pequeño jardín que ocupa el solar que dejó la antigua Casa de la Ciudad.